Descripción
A la hora de desafiar el tiempo el faro de muchos enólogos es Jerez, región española donde los vinos se crían por años en barricas colonizadas por un velo natural que se posa sobre el vino. El velo o flor protege, alimenta y lo dota al vino de atributos para resistir los años. Este fue el camino que siguió David Bonomi en su bodega garage de Mendoza donde en el 2000 inició una solera con un Chardonnay que naturalmente desarrolló velo, algo poco habitual en Argentina. Esa solera se alimentó durante más de diez años de diferentes cosechas hasta dar lugar a un blanco de color amarillo brillante con aromas de frutos secos, flores secas y especias. Paladar intenso, vibrante y salino. Un verdadero unicornio de la vitivinicultura argentina.
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