“Me gustan los vinos masticables”, confiesa casi pudoroso un consumidor durante una cata el viernes pasado refiriéndose a los vinos con cuerpo. Sabe que su gusto hoy no es más la moda y, quizás por eso, no mira a los ojos cuando lo dice. Algo parecido escuchamos hace unos pocos meses cuando, en una cena de gala a la que asistían medio centenar de especialistas en vino, una de ellas, nos dijo: “me encantan los vinos con cuerpo, potentes, con mucho cuerpo y alcohol como muchos de los que se hacen en Argentina, pero aquí eso es mala palabra”.

Pareciera que el efecto chupín en los tintos ha dejado de lado el talle XL de algunos estilos y paladares. Y si juzgamos por lo que vemos y oímos, la moda de los especialistas poco tiene que ver con lo que lleva en la boca una buena cantidad de consumidores. Muchas bodegas lo saben: envueltas en una suerte de esquizofrenia sobre qué le gusta el crítico y qué al consumidor, las que atinan a estar seguras en su estilo al menos encuentran un camino claro.

El resto, va y viene como un péndulo o elabora diferentes estilos.

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¿Qué pasó en estos años para que hablar de vinos con cuerpo, tintos ampulosos, ricos en alcohol se haya convertido en una suerte de efecto vergonzoso?

Los especialistas encontraron más diversión en estilos apretados, que abrían la paleta gustativa. Y víctimas de algún tipo de anorexia en los estilos parecida a las publicidades de la moda, los puntajes van para los vinos más flacos mientras que muchos bebedores añoran la gordura y riqueza de paladar.

ABC de un estilo

Hay zonas y variedades propensas al volumen de paladar, que dan vinos con cuerpo. En materia de regiones, aquellas que son soleadas y que al mismo tiempo ofrecen temperaturas moderadas a elevadas, ofrecen en general vinos ricos en alcohol y bajos de acidez, que resultan la clave de los estilos masticables. También, deberíamos sumar una elaboración cuidada que permita obtener mayores niveles de glicerina, pero eso es difícil de saber más allá del hecho de beber botellas de buenos productores.

Zonas así, por ejemplo, son las históricas de Argentina. Por un lado, uno encuentra en los Valles Calchaquíes esa riqueza, lo mismo que en Maipú y Luján de Cuyo –en particular Barrancas y Lunlunta en el primero, Las Compuertas, Ugarteche y Anchoris para el segundo–, además de Rivadavia y San Martín, a los que debería sumarse sin misterio Chilecito en La Rioja, 25 de Mayo en La Pampa y San Patricio del Chañar en Neuquén. En ellas, las uvas tintas alcanza plena madurez y, de hecho, altos alcoholes.

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Pero en materia de variedades la cosa también merece observación. Uvas como Bonarda, Malbec y Tannat aportan buen cuerpo a los tintos, mientras que Cabernet Franc, Merlot y en menor medida Cabernet Sauvignon, tienden a ir a paladares más ajustados. De modo que la combinación de región y variedad son la garantía para hallar este tipo de estilos.

¿Cuáles probar?

En materia de Malbec, por ejemplo, buenos ejemplares en un estilo rico en alcohol y con buen cuerpo, resultan Saurus Patagonia Select 2016 y Fin de Mundo Reserva 2016 en Patagonia; Collovati 2014 para La Rioja; Intocables 2016 para San Juan; Pascual Toso Reserva 2016 y Tempus Alba 2015 para Maipú; y Luigi Bosca DOC 2015 y Norton Reserve 2014; en los valles Calchaquíes, El Esteco 2014 y Altupalka 2014.

En otras variedades, buenos ejemplos de este estilo resultan los Tannat Laborum Tannat 2016, Coquena 2014 y Siete Vacas 2014 para los Valles Calchaquíes; Durigutti Reserva Bonarda 2014, Don Nicanor Bonarda 2015 y Dante Robino 2016 para Mendoza.

No son los únicos, claro, pero sí buenos exponentes de un estilo que pierde terreno en la crítica, pero no el paladar de los consumidores. De todas formas, el último truco para hallarlos, es observar además del origen y el varietal, el tenor alcohólico: todo lo que esté en torno al 14,5% y más, será un vino que vaya en este estilo.

Es periodista y enólogo y escribe como cata: busca curiosidades, experimenta con formatos y habla sin rodeos de lo que le gusta y lo que no. Lleva más de veinte años en esto. Lo leen en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) o bien en medios nacionales, como La Nación y La Mañana de Neuquén. Desde 2019 es el crítico para Sudamérica de Vinous.com (EE.UU.).