¿Hace cuánto que no tomás un Chardonnay? Lo más probable es que lleves largos meses sin darte un gusto. Y lo más probable, también, es que esa falta no suponga ningún extrañamiento. Es lógico: para los argentinos, los tintos primero, y luego, si queda margen, algún blanco por si la visita quiere.

Precisamente por esa desdén hacia los blancos, los estilos se ajustaron –y mucho- a la sombra del mercado. Lejos del radar del consumidor. Pero ahora  hay una nueva camada de vinos blancos que la rompen. Y que, a todo bebedor de vino, sea social o concienzudo, le arrancará un silbido de admiración y lo obligará a la pregunta: ¿por qué no lo probé antes?

En especial la variedad Chardonnay. La más clásica de las blancas es también la que más camino ha transitado en este eclipse. De aquellos blancos inexpresivos de hace dos décadas a los perfumados, envolventes y frescos de ahora, mucho camino se ha rodado. El principal, el camino más importante, es el que marcó el advenimiento de nuevos terruños: más altos, más frescos, que delinean modernos carenados a un blanco clásico.

A resultas de ello, la góndola actual ofrece un panorama perfecto para darse un gusto. Por precio y por estilos. Porque no hace falta gastar un dineral para hallar un perla y las posibilidades de hallar un vino distinto son realmente altas. Así es que, en plan de saldar la deuda con la variedad, en los blancos que recomendamos a continuación se encontrará la próxima. Así, cuando vuelvan a preguntarle hace cuánto que no tomás un Chardonnay, la respuesta pueda ser anoche.

Postales (2015, $65). De la Patagonia y elaborado con criterio de frescura, este ejemplar le baja la térmica a las crecientes temperaturas a fuerza de fruta y tensión. Bueno para acompañar los aperitivos con queso, es además un best buy en la góndola.

La Espera (2014, $80). Elaborado con uvas de San Rafael, Mendoza, este blanco ofrece un perfil clásico y envolvente. Fragante en aromas, al paladar es pura sensación amplia. Para darse un gusto con una rica burrata, regada de oliva extra virgen y con unos tomatitos secos.

Killka (2015, $94). Elaborado con uvas del Valle de Uco, en Mendoza, este blanco ofrece dos cosas destacables: aromas nítidos y frescura glacial. Ideal para una picada en el jardín, mejor si es con un buen jamón crudo.

Saurus (2014, $100). Elaborado en San Patricio del Chañar por Familia Schroeder, es un ejemplar de ley: con paladar amplio y carnoso, suave al tacto y de largo sabor. Perfecto para beber solo o con unas pastas con hogos salteados.

Crios (2014, $110). Susana Balbo Wines tiene, en sus canchera línea Críos, este Chardonnay que emplea uvas de altura. De una frescura gélida y con el paso delicado del buen Chardonnay, es para beberlo en un momento de relajo, picando olivas y pistachos, para más gusto.

Argento (2014, $110). La casa de Cruz de Piedra, Mendoza, ofrece un perfil clásico para su Chardonnay, con paladar cremoso, envolvente y de suave fluir. Amantes de la suave cadencia, agendar este vino. Para más datos, mejor acompañarlo con una picada de quesos tipo gouda.

Domaine Bousquet (2014, $110). En el alto Valle de Uco, Mendoza, se elaboran alguno de los más destacados Chardonnay locales. Y esta casa cuenta con uno de ellos, punto justo entre el paso cremoso y el andar tirante, es pura fruta blanca y sabor. Perfecto para darse un gusto y acompañar una rica trucha.

Terrazas de los Andes Reserva (2014, $160). Elaborado en el Valle de Uco, este blanco es el punto justo entre un blanco nervioso y uno sosegado, con el plus, nada despreciable de un tacto untuoso y a la vez amplio. Inmejorable para comer, con salmón a la parrilla es la gloria.

Extra: los más caros de la Argentina
Bodega Catena ha tenido varias osadías a lo largo de su historia. La última, fue cuando en 2014 puso en el mercado los primeros Chardonnay que cuestan más de mil pesos: Catena Zapata Adrianna Vineyard White Bone y White Stone 2012, elaborados con parcelas del viñedo Adrianna, que la casa tiene a 1450 metros de altura. El truco es que se trata de una selección del mismo viñedo pero realizada sobre suelos distintos. No son los únicos que trabajan en esa línea, sí los primeros en llegar tan lejos.

Joaquín Hidalgo

Esta nota fue publicada en La Mañana de Neuquén el domingo 22 de noviembre de 2015.

Es periodista y enólogo y escribe como cata: busca curiosidades, experimenta con formatos y habla sin rodeos de lo que le gusta y lo que no. Lleva más de veinte años en esto. Lo leen en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) o bien en medios nacionales, como La Nación y La Mañana de Neuquén. Desde 2019 es el crítico para Sudamérica de Vinous.com (EE.UU.).