El puchero argentino

Ícono de la gastronomía abundante, fantasía concreta de equilibrio justo y delicado, potaje sacrosanto y columpio perfecto para la siesta dominical. Ni qué hablar de un puchero en días nublados y de invierno. Claro que la sola idea de una cocina con ollas, cacharros, carnes y despliegues varios hace que la fantasía y el columpio pasen primero pero el colador de la fiaca y el trabajo. Pero esas son ideas preconcebidas. Y como tales hay que cuestionarlas. Como también hay que cuestionar que no es lo mismo puchero que caldo de carne y verduras.

Es verdad, existen infinidad de recetas de pucheros y diferentes preparaciones. En Argentina están los que no conciben un puchero sin chorizo colorado y los puristas que insisten en usar al menos 3 ollas para cocer todo por separado, manteniendo los sabores y los tiempos exactos. Salomónicos, hoy proponemos un versión simple y sabrosa, que solo emplea una olla de buen tamaño y un reloj para medir que todo salga en su punto. La recompensa será justa y la siesta merecida.

Receta de puchero argentino de osobuco para seis personas:

Osobuco 4 ruedas
Falda  1/2 kilo
Cebolla 2
Puerro 3
Apio 3
Zanahoria 4
Batata 5
Zapallo 1/2 kilo
Papa 6
Choclo 3
Sal gruesa
Pimienta negra molida

¿Cómo prepararlo?

En una olla grande agregar dos tercios de agua fría. Sumarle el osobuco, la falda, la cebolla, el puerro y el apio, todo cortado en trozos groseros. Agregar sal, pimienta y poner a hervir una hora. Desgrasar retirando la espuma que se forma en la superficie.

Ahora es momento de cortar el resto de las verduras de la misma manera que las anteriores, en grandes porciones -en mitades por ejemplo-. Para que todo quede cocido respetablemente se puede seguir el siguiente orden: primero las zanahorias,  a los 7 minutos agregar las papas y las batatas y pasados 5 minutos es momento de incorporar el zapallo.

Después de cocinar todo durante 5 minutos más, colocar el choclo cortado en ruedas y seguir 7 minutos más. Apagar el fuego.

carne para puchero
Un plato ideal para entrar en calor.

Servir las verduras y la carne, acompañándola con una buena mostaza. Este plato es rico en variedad de sabores y es ideal para acompañarlo con vinos blancos o tintos ligeritos como estos. De esta forma, la siesta viene con garantía de éxito.

Es el mejor cocinero del mundo para los que tenemos el gusto de sentarnos a su mesa. Capaz de cruzar la ciudad por unas ostras o de sudar la gota gorda frente a un caldero durante horas, para el resto de los mortales es un estratega de la comunicación digital, el marketing de contenidos y otros tantos menesteres. Trabaja desde hace más de 18 años en medios digitales. Es el responsable de que no fallen los códigos de Vinómanos (plataforma que fundó en 2013), donde también escribe sobre su pasiones como la cocina, las bebidas, los viajes y la sobremesa.